Es común ver a los pequeños consumir comida
chatarra y otros alimentos perjudiciales. Debe tener en cuenta que los
problemas de aprendizaje y comportamiento pueden asociarse a lo que comen.
Una hamburguesa con unas papas fritas y varias
cremas puede ser la comida mas sabrosa para un niño. Muy pocos asocian el
consumo de este tipo de alimentos, gaseosas, golosinas y snacks de todos los
sabores y colores, con el desarrollo nervioso e intelectual del pequeño.
Hay quienes aseguran el consumo de
productos con elevado contenido de grasa
saturada, grasa trans, azúcar y sodio origina alteraciones en el comportamiento
y afecta el aprendizaje. Así que mucho ojo. “Los alimentos refinados, azucares
blancos, harinas, cremas y pasteles afectan el sistema nervioso. Los niños que
consumen grandes cantidades de azúcar y preservantes tienden a hacer mas
inquietos e irritables, por ende, tiene mas problemas de atención”, señala la neurología
Myriam Velarde, directora del Intituto Medico de Lenguaje y Aprendizaje.
Para el aprendizaje, el cerebro realiza la
sinopsis, una conexión entre las neuronas. Para ello se necesita un buen
circuito nervioso. Los axones están cubiertos con vaina de mielina, una
sustancia qye permite una transmisión rápida y eficiente, la cual esta
compuesta por fosfolípidos. “Por eso es necesario el consumo de ácidos grasos
insaturados como el omega 3, el cual se encuentra en el pescado azul, el sacha
inchi y la soya”, menciona Velarde.
En tanto, el neurociencia de la Universidad
Peruana Cayetano Heredia. Ellos explican que el fosfolípido es parte del
metabolismo neuronal y cualquier tipo de comida ingerida se convierte en
glucosa, la cual da energía al cerebro y fomenta las proteínas y lípidos que
mejoran las conexiones.
Una alimentación balanceada que aporta
vitaminas, proteínas y minerales, favorece el aprendizaje, concentración y atención
del niño. Las vitaminas mas destacadas son la B12 y B6, ambas se encuentran en
los vegetales verdes y ayudan a la conducción nerviosa.
Los alimentos novoandinos como la kiwicha y la
maca cumplen un buen papel, pues contienen proteínas, fibra y carbohidratos. No
olvide que la clave es la cantidad de lo que consumen.